domingo, 7 de octubre de 2012

Capitulo 11

La verdad duele


Se acercan con sigilo a la estúpida del fuego y la matan sin miramientos. Buscan algo útil entre sus cosas pero lo único que tiene es un montón de hojas secas y una piedra.
-Será mejor que nos vayamos para que puedan llevarse el cadáver antes de que empiece a apestar- dice Cato después de limpiar su arma en el suelo.
Los demás están de acuerdo y emprenden la marcha. Se acercan a la muerta de hambre del 12. Están tan cerca que de haber salido el sol ya la verían. Incluso sólo con que miraran hacia los árboles la tendrían a tiro. Pero se paran en seco. ¿Ahora qué, Cato?
-¿No tendríamos que haber oído ya el cañonazo?
Es cierto, no ha sonado el cañón indicando su muerte. Compruebo el sistema, sigue viva. Su corazón late muy despacio y está perdiendo una cantidad de sangre considerable pero aún vive. Debe de estar sintiendo como su vida se va perdiendo con cada gota de sangre que se derrama fuera de su cuerpo...
-Diría que sí, no hay nada que les impida bajar de inmediato.
-A no ser que no esté muerta.
Vuelvo a la realidad y les animo desde aquí a que la dejen desangrarse hasta morir.
-Está muerta, la he atravesado yo mismo- dice Cato con fiereza.
Este chico nos va a dar mucho juego este año. Quizá tengamos al ganador de este año ante nosotros.
-Entonces, ¿qué pasa con el cañonazo?
No me termina de gustar su compañera de distrito, Clove se llama. Es demasiado quisquillosa y testaruda, habrá que arreglarlo antes de que sea demasiado tarde.
-Alguien debería volver y asegurarse de que está hecho- propone el chico del 1.
"No hagáis nada" quiero gritarles. "Dejarla morir lentamente".
Empiezan a discutir sobre qué hacer hasta que uno de los tributos silencia a los demás.
-¡Estamos perdiendo el tiempo! ¡Iré a rematarla y seguiremos moviéndonos!
No me lo puedo creer. Ese era el chico amoroso, el cara de pan. Al fina si que va a tener agallas y todo. Tras un primer plano de la estúpida revolucionaria y su cara de incredulidad, las cámaras le enfocan mientras vuelve junto a la muchacha. Se arrodilla ante ella. Todo Panem ve cómo ella entreabre los ojos e intenta levantar una mano sin apenas fuerza.
-Lo siento- murmura él antes de clavarle un puñal en el corazón. El cañonazo suena al instante.
Las cámaras vuelven a los profesionales. Están hablando del chico amoroso.
-¿Por qué no lo matamos ya y acabamos con esto?
-Deja que se quede. ¿Qué más da? Sabe utilizar el cuchillo.
-Además, es nuestra mejor baza para encontrarla.
Están hablando de la estúpida con nombre de planta. Me pregunto qué les habrá contado exactamente Cato.
-¿Por qué? ¿Crees que la chica se ha tragado la cursilería romántica?
-Puede. Parecía bastante simplona. Cada vez que la recuerdo dando vueltas con el vestido me dan ganas de potar.
No eres la única.
-Ojalá supiéramos cómo consiguió el once.
-Seguro que el chico amoroso lo sabe.
Guardan silencio cuando le escuchan acercarse. Vuelven a cambiar de plano y todo Panem disfruta de una imagen aérea bien nítida en la que se ve a la estúpida, a los profesionales y al cara de pan.
-¿Estaba muerta?- pregunta mi chico.
-No, pero ahora sí. ¿Nos vamos?
Se alejan del árbol de la estúpida al despuntar el alba y vuelven a su campamento base.











viernes, 17 de agosto de 2012

Concurso 1

  • En qué consiste
Consiste en hacer una descripción del personaje y una breve historia de como nos imaginamos la vida del mismo.

  • Datos que os damos
Se puede hacer sobre un chico o una chica. El chico se llama Perls Brawn y la chica Laira Grow. Podéis hacer que se conozcan entre los dos, que no, nombrar solo a uno, inventar más personajes... a darle vueltas a la imaginación.

  • ¿Quién puede participar? 
Todo aquel que quiera.

sábado, 21 de julio de 2012

Capítulo 10 (Editado)

Día 1
-Damas y caballeros, ¡que empiecen los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre!- exclama Claudius Templesmith.

Los tributos están en sus círculos metálicos expectantes. Tienen sesenta segundos hasta que las minas que rodean la Cornucopia se desactiven, lo que les da tiempo para ver el terreno a su alrededor (un pequeño regalo de despedida). Cada uno mira a un lado distinto hasta que localizan su destino. 

10, todos observan las pantallas casi sin pestañear, 9, en cada distrito, 8, cada familia, 7, cada persona, 6, cada ser que conoce, 5, o no, 4, a alguno de los tributos, 3, miran expectantes, 2, dolor, lágrimas, sufrimiento, 1... Ya no hay marcha atrás. Suena el pitido que da inicio a la lucha. La mayoría de los tributos corren hacia la Cornucopia donde se han colocado estratégicamente un montón de mochilas y armas de las que dependerá la supervivencia del que lo coja. Varios tributos, entre ellos el grandote del 11, corren hacia el bosque, el lago y el campo de trigo huyendo de la acción. Hacen mal. Puede que la Cornucopia sea un baño de sangre pero si te internas tú solo en el bosque sin nada más que tu ropa lo más probable es que mueras. Además ¿qué gracia tiene que huyan para morir de frío o de hambre? Lo interesante es que se maten entre ellos, que luchen y mueran.

No llevan ni una hora y la tierra de alrededor de la Cornucopia ya está teñida de sangre. Aunque muchos han matado es Cato quien ha matado a la mayoría de los tributos que yacen sin vida, y ahora mismo está luchando contra otro que cae muerto a sus pies. Él junto al resto de profesionales entran en la Cornucopia y cogen lo que les place. Me he encargado personalmente en los últimos minutos de que añadieran un par de regalitos. El arco sencillo plateado está ahora en manos de la chica del Distrito 1, Glimmer, que no es capaz ni de acertar en un blanco fijo. Cato se acerca a mi regalo. Frente a él, en una de las paredes interiores de la Cornucopia, hay todo un repertorio de espadas. No son como las de los entrenamientos, éstas son más grandes, pesadas, manejables y mortales que las que hay en el centro de entrenamiento. Cato se acerca a ellas y la cámara le enfoca mientras con una sonrisa elije su arma.

-Ahora sí pueden empezar los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre.- dice en un susurro lo bastante alto para que lo oigan las cámaras mientras coge su espada.

Se ha decantado por la más grande de todas, una espada de estilo antiguo con una hoja plana pero fuerte una empuñadura de cuero negro, la guarnición de oro bruñido y el pomo redondo con el sello del Capitolio. La levanta y la sopesa con cuidado. De un sólo movimiento rompe la mesa de madera dónde están los carcajs llenos de flechas. La mayoría de flechas quedan esparcidas por el suelo y los carcajs se parten cuando el segundo mandoble se dirige a ellos. Clove, la compañera de Distrito de mi chico, se acerca a él y le sonríe.

-Vamos a por el resto- le apremia.

Vaya, parece que la subestimé, al final va a ser tan sangrienta como Cato. Sin embargo él rehusa su petición y ordena a los que están de su lado que empiecen a ordenar las provisiones. Preparan un gran campamento al lado del lago. Hacen una pila con las provisiones y tras alimentarse de nuevo y reponer fuerzas se ponen en marcha.

 Ya es de noche pero, rebuscando entre las provisiones han encontrado varias gafas de visión nocturna. Cogen dos gafas, sus armas y se disponen a partir cuando Cato, que es claramente el líder, les para y les avisa.

-Si encontráis al chico amoroso no le matéis, nos llevará hasta la estúpida de su Distrito.

Todos asienten. Dejan a uno vigilando con varias armas y se internan en el bosque. No han andado ni un kilómetro cuando se encuentran con alguien tirado en el suelo. El cara de pan yace tirado boca arriba en el suelo, lleno de moratones y con sangre en la cara. Cato ordena que le despierten y le den agua. El cara de pan se despierta y casi muere de un infarto al ver a Cato.

-¿Me vas a matar?- pregunta casi con lágrimas en los ojos.

Los profesionales ríen con ganas, sí que es tonto este chico. Y Cato... Me ha decepcionado, habíamos hecho un trato...

-Eh, no hace falta que disimules.- le tranquiliza Cato.- Te han visto en los entrenamientos, eres fuerte. – Todos asienten- Ya es hora de que dejes bien alto a tu distrito por una vez.

-Te recuerdo que ya una vez tuvimos ganador- le interrumpe Peeta. Quizá tenga más agallas de las que me esperaba.

-De acuerdo, no vamos a entrar en detalles, te presento a mi equipo – Cato señala a todos los que le acompañan – quiero decir, a nuestro equipo- le tiende la mano para que se levante y le dedica una sonrisa de complicidad.

Así que Cato si siguió mis instrucciones, tal y como le indiqué. Bien hecho. Y resulta que no es ningún tonto ese del distrito 12.

El cara de pan procesa la información con rapidez pero algún pensamiento cruza su mente porque frunce el ceño, pensativo. A saber qué diablos tendrá este lunático en la cabeza. Finalmente se ponen de nuevo en marcha. Mi pantalla central se centra en los profesionales mientras que la que está a mi derecha muestra las imágenes que ve el resto de Panem. Y ahora están viendo cómo la rebelde se duerme subida a un árbol. Las siguientes imágenes muestran a mis chicos y cómo acechan a alguna idiota a la que se le ha ocurrido encender un fuego. ¡Espera! Está al lado de la rebelde. No me lo puedo creer van a estar al lado de ella y ni siquiera lo saben.

martes, 26 de junio de 2012

Mil dsculpas

Hola a todos los lectores y lectoras de este blog, una vez más estoy aquí para pedir disculpas en la tardanza de la publicación. Tenemos ya varios capítulos terminados, el problema es que andamos muy liadas y no hemos podido revisarlos y ya sabéis que en las historias que se escriben en conjunto debemos estar de acuerdo. Al fin esta semana pinta más fácil y os atiborraremos de capítulos hasta que nos tengáis que pedir un descanso.
Muchas gracias a tod@s por vuestra paciencia, que se verá muy bien compensada.

miércoles, 13 de junio de 2012

Capítulo 9

Preparaciones

Salgo de mi habitación con un humor inmejorable. En una horas empezarán los Juegos del Hambre y hay muchas cosas que preparar y hacer. Lo primero que tengo en mi agenda es una cita con los Vigilantes en la Sala de Control. Me dirijo con rapidez por los pasillos de mi mansión hasta el pasadizo que lleva a la Sala. Hay 20 pasadizos distintos que llevan a distintos sitios de Panem. Este en concreto se hizo hace un par de años, cuando me cansé de ir en coche oficial hasta la casa de al lado. Entro accionando la manivela y me siento en el transbordador. El cinturón se abrocha automáticamente y las luces iluminan los raíles y el camino. Cinco minutos después ya estoy sentado en mi sillón en mi zona de control de la Sala. Estoy suspendido a cinco metros de los operarios que ultiman los preparativos de la arena. El suelo es de cristal tintado , de modo que yo veo lo que sucede pero nadie me ve a mí.
Seneca entra sin llamar, seguido del resto de Vigilantes.
-Señores.- saludo.
No me gusta que entren sin llamar pero hoy estoy de buen humor de modo que no digo nada. Se colocan alrededor mío con Seneca y Plutarch en el medio.
-¿Todo preparado?- pregunto.
Guardan silencio, dejando que sea Seneca, su portavoz, quien me explique como va a ser el baño de sangre de este año.
-Casi, señor. Este año la arena tiene varios escenarios.- se acerca a la pantalla holográfica que tengo enfrente y teclea varios códigos. Al instante aparece ante mí el escenario de la muerte.- Aquí, señor, está la explanada de la Cornucopia, el bosque, el lago y hemos añadido un campo de trigo a última hora.- Me señala en el mapa holográfico los lugares mientras los nombra. Los amplia y deja que los vea con detenimiento.
Bien, este año hay lugares para esconderse, lo que dará más emoción a la caza. Sin embargo hay algo que me preocupa.
-Fortificad bien la seguridad en los bordes de la arena. No quiero ver cómo los del 12 lo usan a su favor otro año.- digo mirando significativamente al que entonces fue el responsable de los juegos, relegado ahora a un puesto menor.
Seneca asiente y me dejan solo. Sigue preocupándome la posibilidad de que Haymitch, en alguna de sus borracheras, se lo haya mencionado, así que miro el tiempo que me queda (más de dos horas para la retransmisión) y ordeno que me traigan todas las cintas del Distrito 12. Una a una las visiono a cámara rápida y no tardo en encontrar algo interesante. Es justo después del desfile. Las cámaras captan cómo el chico, el pan de pita de las narices, sube al tejado. Al principio se sienta casi en el borde, observando la ciudad, pero no tarda en romper a llorar. Pese a que no puedo oír nada por culpa del dichoso viento estoy seguro de que sus berridos son espeluznantes. No hay nada que me moleste más que ver a un muchacho tan débil. Creo que eso es lo mejor de los juegos, que limpian a los débiles de las calles de Panem.
He de reconocer que prefiero una sociedad de sumisos fuertes, pero sumisos. Los débiles son una carga para la sociedad, que se ve obligada a retrasarse por culpa de estos inútiles. Aquí, en el Capitolio, viven los fuertes, aunque idiotas. Es la única población que acata todo sin rechistar. Aún así son lo mejor de Panem, nunca se quejan, no tienen motivo, su sumisión es pagada con la vida de lujos que llevan.
Vuelvo a la pantalla. Ahora se ha puesto de pie, las lágrimas siguen cayendo por sus mejillas a borbotones, pero ni se inmuta. Entre un parpadeo y otro se ha puesto a correr hacia el borde y cuando ya no le queda más, salta. El campo de fuerza que rodea el edificio le devuelve con fuerza hacia el tejado y se golpea contra el suelo. Se queda inmóvil unos instantes hasta que, poco a poco, se va sentando. Cinna debió de oír el golpe porque aparece en ese momento y corre a su lado con preocupación. Menudo imbécil, intentar suicidarse... como si no lo hubieran intentado otros muchos tributos sin conseguirlo. El que más cerca estuvo se intentó cortar las venas con tan mal pulso que sólo se hizo una rajita. Siguen hablando un rato más hasta que finalmente Cinna le ayuda a bajar de nuevo a su piso.
-Recuerda mis palabras.- dice el estilista a modo de despedida.
Interesante. Ojalá supiera de qué hablaron. Sigo pasando las cintas, incluso establezco mi propio record de visionado, a minuto por cinta. Hasta que llego a la última, la de ayer. El día es más que aburrido pero por la noche hay más tejado. Chico, como te hayas vuelto a lanzar contra el campo de fuerza, te mato en la Cornucopia y adiós amantes trágicos a la primera. Pero no, no ha hecho de nuevo esa estupidez, ahora está sentado mirando los festejos de la gente. La rebelde no tarda en aparecer en escena y se acerca a hablar con él. No si al final hasta se creerá el rollo de que el chaval está enamorado y todo. Parecen discrepar porque ella vuelve a su habitación. El llorón permanece un rato más hasta que vuelve a su habitación.
Perfecto, tengo lo que quería. Todo ese numerito de los amantes trágicos va a ser un bombazo en la arena, sobre todo cuando uno de los dos se vuelva loco y mate al otro.
Y ahí esta Cato, tal y como acordamos, se acerca al chico solitario en el tejado y pone en marcha el plan. Según he visto en otras cintas ya están todas las piezas en juego y solo faltaba una: el chico del pan, que ahora ya está en el ajo.
Bien, ya sólo queda media hora para que empiecen los mejores juegos del hambre desde el último Vasallaje.


Katniss Everdeen, prepárate para lo que te espera.












lunes, 11 de junio de 2012

Capítulo 8

Las entrevistas



Me levanto de buen humor y me dirijo a la sala de cámaras. Pido que me lleven allí el desayuno. Me he despertado un poco tarde pero para eso están los que me sirven, para avisarme si pasa algo interesante.
- ¿Novedades?
- No señor, pero quizá le interese esto. - me pasa una cinta del desayuno de los del distrito 12.
-¿ Por qué no me sorprende? Parece que este año los del 12 van a dar que hablar.
"Pero me encargaré que sea después de muertos" digo para mí. Meto la cinta en el reproductor y pido que me dejen solo con el desayuno y el televisor. Me gusta demasiado ver sus ridículos como para que los ineptos que me sirven me lo estropeen con sus idioteces. Están todos menos el cara de pan desayunando. La muchacha parece disfrutar de las comidas de aquí porque ya se le notan los kilos que ha cogido. Effie y Haymitch parecen algo nerviosos y guardan silencio mientras la glotona se zampa media fuente de estofado ella sola. Al menos usa los cubiertos no como los del año pasado que acabaron comiendo como cerdos.
-Bueno ¿que está pasando? Hoy nos preparáis para las entrevistas, ¿no?- pregunta.
Has tardado en darte cuenta, no eres muy buena con las relaciones personales ¿eh, estúpida? Acaba de decir algo Haymitch y ella ha vuelto a hablar pero no lo he oído. Lo que sí oigo es como Haymitch le dice que ha habido un cambio de planes. Cuando ella pregunta cuál, hasta Effie para de comer y desvía la mirada.
- Peeta nos ha pedido que lo entrenemos por separado.- dice con toda la naturalidad posible el borracho que tienen por mentor.
Jajajajajaja, no me lo puedo creer. Ahora ese chico me empieza a caer bien. Nos tenía engañados a todos, astuto, si señor. No me lo esperaba, quería acercarse a ella, saber sus secretos y el último día: puñalada trapera. Me encanta. Lo mejor es la cara de estúpida que se le ha quedado. Se me está ocurriendo algo. Paro el vídeo, cojo una pluma y un papel y escribo una nota que le entrego a uno de los Vigilantes.
- Entrégasela a Cato - se va - ¡Eh! Sin levantar sospechas, usa el ascensor, así no quedará constancia.

Definitivamente soy un genio. Ahora sólo queda saber cómo va a usar Cato esto. Cambio de monitor y veo al Vigilante entrar en el ascensor, poco después sale Cato con una sonrisa. Bien, todo va en marcha. Quedan aún unas horas hasta las entrevistas así que decido salir a mi jardín y relajarme un rato. Paso por el saloncito donde mi nieta hace sus tareas con su tutor sin apenas ser visto, no quiero escuchar sus quejidos, y continúo mi camino. El dulce olor de mis rosas me saluda y lo sigo hasta el corto pasillo que me lleva directo a la gran cristalera que abro y entro. Una oleada de olores conocidos me recibe con fuerza, como a un viejo amigo. Cierro con rapidez la puerta para que no se escape ni una voluta de esencia y me pongo manos a la obra. Este lugar es el único en el que no hay sirvientes, aquí sólo entro yo. Cojo mis "herramientas" y me acerco al primer grupo de rosas, las azules. Ah, qué color más perfecto el azul. Mandé expresamente que manipularan genéticamente un rosal rojo para producir un esqueje de estas preciosidades. Además tienen un olor especial, distinto y salvaje, que marea a algunos pero a mí me encanta.

Me cuido mucho de no tocarlas, una de las mutaciones que se le hicieron fue añadirles veneno de rastreavíspula concentrado, si alguien las toca las alucinaciones le harán sacarse los ojos y creer que es un pájaro. Corto los esquejes más débiles y quito algunas malas hierbas hasta llegar al orgullo de mi jardín, la razón por la que mi hijo ya no está aquí. Pero eso es otra historia y la aparto de mi mente. Justo frente a la puerta pero bien escondidas y flanqueadas están mis rosas blancas. Oh, señor, si hay algo de lo que estoy bien orgulloso es de estas preciosidades. Las cuido yo mismo con esmero y puede que sean los únicos seres vivos a los que de verdad tengo aprecio. Son las últimas a las que acicalo porque lo hago sin prisas, me gusta tomarme mi tiempo con ellas, como un amante en la espalda de su amada, me entretengo en los detalles, las acaricio y susurro con cariño. Un golpe me saca de mi ensoñación. Plutarch está en la puerta y me indica que debo prepararme para las entrevistas. Sonrío, su cara es un reflejo del pánico que tiene a interrumpirme en el jardín, hace bien en temerme. Salgo con una silenciosa despedida a "mis niñas" y un creciente nerviosismo.

Vuelvo a la sala de vigilancia y me siento frente a los monitores con una bandeja llena de estofado. La gala de las entrevistas es en directo de modo que si algo sale mal todo Panem lo verá. Todo el Capitolio está en las calles, frente a las gigantescas pantallas que se han colocado para que lo puedan ver en un ambiente festivo. Los pocos que están dentro del anfiteatro han sido seleccionados en una más que reñida competición y llevan más de tres horas dentro viendo en exclusiva los preparatorios. Todo está listo el espectáculo va a empezar.

Caesar Flickerman sale al escenario con un arrojo impresionante para su edad. Lleva más de cuarenta operaciones estéticas que le hacen parecer igual que hace cuarenta y tres años, cuando empezó como presentador. Cuenta varios chistes y pullas que hacen que el auditorio enloquezca antes de que entre el primer tributo. Primero sube la chica del 1 seguida del chico de su mismo distrito. Ella intenta ser irresistible mientras que él hace lo que todos: hacerse el duro. Como si le fuera a servir de algo. Ahí va la del 2 y tras ella Cato.

-Bueno, Cato, cuéntame cómo has encontrado nuestras instalaciones de entrenamiento.- pregunta Caesar cuando se sientan en los sillones.
Cato parece estar en su salsa.
-Pues bastante cortas de material. En casa ya había aprendido a usar todas las armas cuando tenía seis años. Aunque he de reconocer que estaba bien organizado.- dice con una media sonrisa.
Eso es chico, hazte el fuerte. Caesar ríe ante sus palabras y la audiencia con él.
-Ya se ve que estamos ante todo un luchador.- las palabras de Caesar se ven apoyadas por el público.- Y seguro que también un rompecorazones.
La audiencia le apoya pero por un instante veo una sombra de duda en su rostro. Otro enamorado no, tú no.
-Nunca me lo habían dicho, pero ahora que lo pienso, sí que he roto varios corazones.- afirma con una sonrisa seductora.
Las preguntas de Caesar se centran en cuántas chicas han caído en sus redes y cosas del estilo. Este hombre siempre tiene ases en la manga. El pitido suena cuando terminan sus tres minutos y Cato sale del escenario. El resto de tributos son aburridos, ninguno tiene mucha experiencia, ni siquiera los profesionales, y los que la tienen la usan a su favor intentando parecer los más fuertes. La pequeña del 11 es la que más ternura evoca al público, incluso Caesar parece cogerla cariño en esos tres minutos. Finalmente llega la rebelde.
Lleva un vestido de piedras de colores que reflejan la luz. Vista así incluso parece guapa, pero no lo es, no es más que una estúpida enclenque. Se sienta junto a Caesar y comienzan las preguntas. Parece algo desorientada y tarda en responder a la primera pregunta de Caesar: "¿Qué es lo que más te ha impresionado desde que estás aquí?"
-El estofado de cerdo.- responde.
Estúpida, con sus respuestas de niña buena y tonta se está metiendo a la audiencia en el bolsillo. Caesar le sigue el juego y todo va "sobre ruedas", incluso la muy idiota da vueltas para que vean su vestido hacer parecer que está en llamas. Genial, ahora sí que es la Chica en Llamas. Pero yo me encargaré de destrozar ese fuego en la arena. Es cuando Caesar le pregunta por su hermana cuando todo se vuelve interesante, su punto débil sale a la luz, su hermana.
-Se llama Prim, sólo tiene doce años y la amo más que a nada en el mundo.
Ha dejado a todo el mundo mudo. Mierda, para el público su mayor debilidad es lo único que la hace humana y memorable. Cuando dice que le juró a su hermana que ganaría por ella casi puedo oír cómo se paran los corazones de todo Panem. Mierda. Su tiempo se acaba y sube su compañerito. Bueno al menos él no hará mucho daño. En cuanto empieza la entrevista Caesar y él bromean sobre las duchas, sobre quien huele mejor... hasta que el presentador saca su tema estrella: las chicas.
-Bueno, Peeta, dime: ¿hay alguna chica especial esperándote en casa?
Peeta, así se llama, como si quisiera hacerse el gracioso, vacila y niega con la cabeza no demasiado convencido. Eso le da alas a Caesar.
-¿Un chico guapo como tu? Tiene que haber una chica especial. Venga, ¿cómo se llama?
El aludido respira hondo antes de responder. Esto se va a poner interesante, otra puñalada trapera para la rebelde.
-Bueno, hay una chica- responde finalmente con un suspiro.-Llevo enamorado de ella desde que tengo uso de razón, pero estoy bastante seguro de que ella no sabía nada de mí hasta la cosecha.
El auditorio le da la razón, comprendiendo al chico por su amor no correspondido. Tonterías y sensiblerías.
-¿Tiene a otro?- pregunta con interés Caesar.
-No lo sé, aunque les gusta a muchos chicos.
-Entonces te diré lo que tienes que hacer: gana y vuelve a casa. Así no podrá rechazarte, ¿eh?
Los ánimos de Caesar y el público no parecen funcionar en el muchacho, que sigue algo triste.
-Creo que no funcionará. Ganar... no ayudará, en mi caso.
No, por favor, dime que no...
-¿Por qué no?
No lo digas, no lo digas... No es verdad...
-Porque...Porque... ella está aquí conmigo.
Lo ha hecho ¡NO! ¿Pero por qué? Todo iba bien y ahora vas tú, estúpido cara de pan y la haces inolvidable, ahora la estúpida rebelde es deseada por medio Capitolio y eso me va a hacer difícil matarla. Miro de nuevo las cámaras pero no les encuentro a ninguno de los dos, están en el ascensor. Como estén dándose arrumacos los mato a los dos ahora mismo. No, ahí están, cada uno en un ascensor distinto. Salen y ella se abalanza sobre él y le empuja con enfado. Le reclama que primero decida entrenar por separado y luego diga que esta enamorado de ella. Vaya, parece que todo ha salido mal en la cabeza de la señorita, eso, que sufra. Les tiene que separar su equipo y empiezan de nuevo a discutir a gritos, al parecer todo ha sido idea de Haymitch, como no, y Cinna le acolita. Ya sabía que no podía ser cosa del cara de pan, me pregunto cuando le dijo nada Haymitch. Apago el monitor y me reclino en la silla. Buscaré la manera de mataros a los dos y haceros pagar por esto. Lo juro.
En medio de mis pensamientos Cato irrumpe a gritos.
- ¿Y después de esto espera que cumpla... ?
- Callate idiota y no digas nada de lo que re puedas arrepentir - le callo y digo a Todo el mundo que nos dejen solos.
- Esto es inconcebible, no pienso hacerlo, no después de esto, nos ha engañado como a idiotas...
- No seas insolente, el plan sigue según lo previsto. ¿Recibiste mi nota?
- Si, por supuesto.
- Entonces ya sabes qué hacer.
- Pero...
- No hay peros que valgan, o lo haces o atente a las consecuencias.
-Genial - dice y se larga con un portazo.

domingo, 10 de junio de 2012

El esperado regreso

Hola a todos otra vez, después de un gran descanso por parte de nuestro odiado Presidente Snow, este ha decidido volver ya que no tiene gran cosa que hacer más que contarnos su vil historia. Quiero daros las gracias a todos los que habéis estado esperando por un nuevo capítulo y nos habéis hecho ver que no sois tan pocos como pensábamos.
En unas horas, probablemente por la noche estará listo el siguiente capítulo que esperamos que os guste (:

Besos a todos y recordad: Alejaros de las rosas blancas, puede haber un Snow en cualquier parte.

domingo, 27 de mayo de 2012

Presidente en OFF

Bueno esto solo afecta a los lectores del blog que son bien pocos, aun así queríamos informaros de que esta semana nos va a ser totalmente IMPOSIBLE subir ningún capítulo, estamos absolutamente llenas de exámenes. Intentaremos reincorporarnos cuanto antes que será a partir del 6 que terminamos las clases.
Muchas gracias por vuestra paciencia y también por formar parte de este ínfimo número de seguidores y/o lectores del blog, sin vosotros no sería posible :)

martes, 22 de mayo de 2012

Capitulo 7

Puntuaciones



Todos estamos ansiosos por ver las puntuaciones que han decidido darles a los tributos. Miro por las cámaras, todos están en los salones de sus respectivos pisos con sus mentores, representantes e incluso sus estilistas. Algunos se muerden las uñas esperando, otros parece que van a hacer un agujero en el suelo y otros miran fijamente a la pantalla sin prestar atención a lo que pasa a su alrededor. Tengo en mi agenda la hora exacta a la que empieza la transmisión así que no me pongo tan nervioso. Ya debería de estar acostumbrado, siempre es igual, pero este año hay algo que me dice que va a ser distinto.
Miro el reloj. 5, 4, 3, 2, 1... Ahí está. El sello del Capitolio se ilumina y tras fundirse en negro aparece el sello del Distrito 1. Así es como se hace siempre, primero el sello del Capitolio, luego el del Distrito 1 y las fotos de los tributos con sus puntuaciones al lado. Los profesionales, como era de esperar, tienen de 8 a 10, siendo Cato el de 10. Los demás tributos son algo patéticos, 5 por aquí, 5 por allá y poco más, salvo la chica del distrito 11 que consigue un 7, algo que sorprende a casi todos menos a mi, aunque me cueste decirlo, se lo merece, esa chica tiene agallas aunque para lo que le van a durar... Llega el turno del distrito 12. El chico obtiene 8 puntos y la chica...¿Pero qué...? No puede ser, aquí hay algo mal.
-¡Traedme a Seneca YA!- grito a nadie en concreto. Salen tres personas a buscarle. Mientras, veo lo que pasa en el piso 12. La felicitan, ahora se pensará que puede hacer lo que quiera sin repercusiones. Cinna, su estilista, grita: "¡Katniss, la chica en llamas!".
Estúpidos, me sacan de quicio.
- ¡¿Dónde narices está Seneca?! ¡Quiero verlo ahora! ¿Es que estoy rodeado de una panda de ineptos o qué?
Pasan unos minutos hasta que aparece detrás de los cinco buenos para nada que han ido a buscarle.
-¿ En qué demonios estabas pensando?- le grito en cuanto nos dejan solos.
- Cálmese señor...- empieza a decir con tranquilidad.
- ¿Que me calme? - le interrumpo.- ¿Encima me pides que me calme? ¡Un once!¡Le has dado un once! Menuda forma de vengarse. No por favor, Seneca, no me pongas un once, me conseguirás todos los patrocinadores que necesito para sobrevivir- digo con voz sarcástica imitando la voz de esa ordinaria.
- Déjeme que se lo explique.
- Adelante, te escucho.- digo con voz cortante.
Más le vale tener una explicación plausible si no quiere acabar peor que los tributos.
- Los tributos no le ponían el ojo encima porque en los entrenamientos no ha mostrado sus facultades y no la creen una amenaza. Pero usted quiere que sufra ¿verdad?- asiento con la cabeza, creí que eso le había quedado claro - Bien, al proporcionarle una puntuación tan alta la ponemos en el punto de mira. Ahora todos la ven como un rival fuerte del que tienen que deshacerse, la van a aborrecer. Es pura táctica señor. A mayor puntuación, mayor odio.
Al final no va a ser tan tonto.
- Está bien, parece razonable y por esta vez lo dejaré pasar - le agarro por el cuello de la camisa - pero escúchame bien, Seneca, que sea la última vez que cometes un error de este calibre. La próxima vez no seré tan indulgente por mucha estrategia que tengas tú en la cabeza.
Le suelto, se sacude y se va. Vuelvo a sentarme y ordeno que me traigan todas las cintas del Distrito 12 en el Capitolio. No tardo en tenerlas todas en mi poder y en empezar a visionarlas. Voy pasando las partes menos interesantes y visionando algunas que quizás me sean útiles. He descubierto su plan: Ella solo finge ser su amiga para mostrarse fuertes juntos, indiferentes, pues no les funcionará, van a morir igual y no serán recordados. ¡Claro que no!

sábado, 19 de mayo de 2012

Capítulo 6

Las pruebas


Al fin llega la hora en la que vamos a ver de qué son capaces cada uno de los tributos sin que tengan miedo de mostrar sus habilidades delante de los demás, estarán ellos solos frente al Capitolio. Hoy cada uno de los tributos deberá demostrar sus habilidades frente a los Vigilantes. Cada uno tendrá que hacer ver que es algo más que un simple y burdo tributo. No guardo muchas esperanzas. He visto los entrenamientos y, en fin, dan bastante pena, el único que se salva es Cato y su grupo de profesionales. Sí... ellos serán recordados en la historia de los juegos, de eso me encargaré yo mismo.
El chico del 1 es quien empieza. Dice su nombre y número de distrito y se acerca a las lanzas. Se decide por una de unos dos metros que tiene pinta de ser bastante pesada. Según mi ayudante era usada por una civilización muy anterior a la que destrozó el mundo. Por lo que me cuenta la usaban en la batalla, toda una fila de piqueros, como él los llama, se colocaba delante del resto para parar el primer golpe del enemigo y los ataques de la caballería. Otra tontería más de la Antigüedad, ¿para qué luchar dos ejércitos cuando controlando a la gente haces el doble? Volviendo a la realidad, el chico se ha acercado a la zona de lanzamientos. Se coloca en posición y lanza la pica con todas sus fuerzas en un movimiento tan elegante que los Vigilantes le miran sorprendidos. La pica se ha clavado en el centro de la cabeza del maniquí que está a 25 m de la línea de tiro. No está mal, aunque no muy memorable. Veo su expresión al salir de la sala, parece satisfecho.
Uno a uno los tributos van entrando y demostrando a los Vigilantes sus habilidades. Cato es, sin duda, el que más destaca ante los Vigilantes. Nada más entrar coloca todos los maniquíes a su alrededor en distintas posiciones y cuando termina coge una espada y empieza a destrozarlos sin miramientos. Es algo muy común en los tributos del 2 saber usar espadas pero es la expresión de su rostro lo que le hace diferente. Tiene en su mirada la sed de sangre que tanto admiro en un chico de su edad.
Los Vigilantes han empezado a aburrirse al décimo tributo,ni siquiera cuando el del 11 hace una perfecta demostración de cómo camuflarse y destroza cuatro de los cinco muñecos de tiro. Sólo cuando la pequeña Rue entra en la sala y parece desaparecer en el tejado, escalando por los lugares más impensables y saltando de un lado a otro en unas alturas y distancias bastante grandes prestan algo de atención. Pero cada vez parecen más cansados, tengo que hacer algo para espabilarlos, no quiero que haya problemas con los tributos. Mando llamar a un criado avox y le doy una orden concreta. El cerdo asado no tarda en entrar en la sala, acompañado de la ponchera y el resto de manjares que he pedido les lleven. Seneca inclina la cabeza en agradecimiento al punto exacto en que sabe está la cámara. Sonrío, este chico es bueno, llegará lejos, quién sabe a lo mejor en un futuro muy lejano puede sustituirme y todo. Aunque aún le falta curtirse un poco.

Para cuando entra el chico del 12 ya están medio borrachos. No deberían portarse así, solo van a conseguir enfadar a los tributos y eso no es bueno. Si los tributos se enfadan pueden hacer tonterías en la arena, tonterías que luego repercuten en los distritos. Recuerdo el año en el que ganó el borracho. Los Vigilantes estaban tan borrachos que casi se cayeron cuando el se dedicó a lanzar cuchillos y degollar a todos los maniquíes de la sala. Se acerca directamente a los pesos y levanta los más pesados sin esfuerzo, lanza algunos pero, ante la indiferencia de los Vigilantes, se va no mucho después. La siguiente es su compañera, Katniss Everdeen, la revolucionaria. Veamos qué sabes hacer. Al ver la poca atención que le prestan dice su Distrito y nombre en alto, y los Vigilantes fingen prestarle atención. Sin ni siquiera mirar nada más, va directa a los arcos. Sopesa varios y se decide por un arco simple de metal. Coge el carcaj y se acerca al campo de tiro. Su tiro no da en el blanco, ni siquiera se acerca.
-Há. Si eso es todo lo que sabes hacer, Cato no va tener problemas en darte caza y aniquilarte.- grito a la pantalla.
Mi ayudante pega un salto asustado pero no le hago caso porque la chica ha sacado otra flecha y ha vuelto a tirar. Falla otras tres veces hasta que da en el blanco sin ningún problema. Entonces se acerca al centro del gimnasio y le da de lleno en el corazón al muñeco de tiro, después corta la cuerda del saco de boxeo de un flechazo. Rueda por el suelo y apoyada en su rodilla dispara a una de las luces colgantes del techo del gimnasio, provocando una lluvia de chispas. Sonríe con satisfacción hasta que se fija en los Vigilantes, quienes están empezando a tener hambre y fijan su atención en el cerdo asado. Veo rabia en el rostro de la muchacha, pero veo algo que me asusta más, determinación. De un sólo movimiento saca otra flecha y la coloca en el arco. La flecha da en la manzana que tiene el cerdo en la boca y la clava en la pared que hay detrás. Los Vigilantes retroceden asustados y uno de ellos cae en la ponchera, salpicando todo de alcohol. Ella ni se fija, les mira con desprecio y con un "Gracias por su tiempo" sale de la sala.
-¡Estúpida!- grito con rabia.- Te aplastaré en la arena como a un bicho. Eres una estúpida insubordinada, tan pobre y tonta que no sabes ni ser sumisa. Juro que te destrozaré antes de que hagas algo memorable. ¡Tú!- le grito a mi ayudante.- Busca a Seneca Crane y tráelo aquí inmediatamente.
No tarda ni cinco minutos en venir de nuevo con Seneca a su lado.
-¿Me ha mandado llamar, señor presidente?- me pregunta con tranquilidad.
Le miro incrédulo. ¿Le lanzan una flecha y está así de tranquilo? Este chico necesita espabilarse, ya.
-¿Qué vas a preparar para ella? ¿Cómo piensas vengarte?- desvía la mirada.- Porque piensas vengarte ¿verdad?
Carraspea y hace una seña a mi ayudante para que se retire.
-No creo que vengarse sea una buena idea en este caso, señor.- dice en cuanto se cierra la puerta tras Lauciso.- Permítame explicarme. Sus inicios aquí han sido espectaculares, el público la adora. Si le hiciéramos algo antes de los juegos o nada más empezar los juegos la gente del Capitolio podría llegara odiarnos. Además, nadie tiene por enterarse de lo que acaba de ocurrir ahí dentro, por eso hacemos esta sesión privada ¿no?

Hace una reverencia y con una sonrisa de autosuficiencia se dispone a marcharse de la sala. Ni siquiera me ha dejado contestarle, pero me gusta su actitud, es muy inteligente. Aún sí...
-¡Seneca!- le grito y él se gira - Andate con mucho cuidado.

Vuelvo mi mirada a las cámaras otra vez para ver qué hacen los tributos. Todos están contando lo que han echo en las pruebas, todos les felicitan a Cato, a Clove, Marvel, Glimmer, Rue... Incluso al cara de pan, Peeta. A todos menos a Katniss. Effie le está dando una buena reprimenda diciendo que nosotros, los del Capitolio, nos vamos a vengar de sus atrevimientos, y no se equivoca, pero aun no. Y ahí llega su queridísimo mentor, aun es su borrachera te espera otro discursito. Un momento ¿Qué...? ¿Qué es lo que le esta diciendo ?
- Bien hecho preciosa, te van a recordar.
No me lo puedo creer ese borachuzo estúpido, engreído felicitandola por lo que acaba de hacer. Soy un pobre iluso ¿Cómo iba a pensar yo nada bueno de ese engendro? Effie esta indignada, como para no, y se va tras ver que no puede discutir con ese par.
Y todos se sientan impacientes de ver las puntuaciones, al igual que yo.

jueves, 17 de mayo de 2012

Capítulo 5

Entrenamientos


Es el momento de ver quién va a hacer qué este año. Los tributos empiezan sus entrenamientos hoy mismo y allí se verá qué saben hacer. He pedido expresamente que este
año las armas más peligrosas estén bien a la vista, quiero ver qué hace Cato con ellas.
Entran poco a poco, unos llegan antes que otros pero los últimos en llegar son los 12, como si quisieran hacer honor a su posición. Atala pasa a explicarles lo mismo de siempre, les pide que pasen por los puestos de supervivencia (no la harán ni caso, eso es lo divertido) y les dice el horario. Todos parecen medirse con la mirada, evaluándose, y no prestan mucha atención a Atala. No me extraña, yo tampoco lo haría.
Cato va directo a las espadas y se decanta por una en concreto. Buena elección. La hoja es más ancha que la del resto y la empuñadura tiene un puño al final. Los del 1 y el 4 le imitan pero su compañera se decanta por una larga lanza que coge sin demasiado esfuerzo. Bien, eso significa que este año va a haber pelea de verdad, y sangre. Me encanta la sangre, esa brillante forma de teñir la hierba cuando se derrama sobre ella, ese sabor metálico tan único...
El primer día es algo aburrido. Muchos van vagando de habilidad en habilidad hasta encontrar algo que les guste. Varios tributos deciden decantarse por la supervivencia mientras el resto lucha con los ayudantes o dispara a los objetivos en movimiento. La mayoría de los tributos permanecen separados de su compañero de distrito, menos los del 12 que están muy juntitos y, bueno los profesionales que parece que ya antes de empezar se han aliado. Me encanta ver cómo manejan la armas estos chicos, están mejor entrenados de lo que esperaba,creía que Glimmer y Clove iban a caer en seguida pero no, se las ve futuro,aunque no tanto como a Cato, por supuesto. Aunque hay una chica que me llama mucho la atención. No sé cómo se llama, o más bien nunca me acuerdo, pero es del distrito 5. Puede que no sea muy buena con las armas, tampoco la he visto utilizar muchas, pero tiene algo muy particular… Es bastante inteligente, aunque de poco le va a servir si no utiliza esa inteligencia para aprender a matar, porque si no ha quedado claro, esto se trata de matar.
Es realmente aburrido, algunos remoloneándose de lo que se les da bien y otros no hacen nada bien, a saber qué es lo que planean mostrar en la prueba cuando tengan que pasar uno a uno, aunque aún quedan unos días para eso.
Salen de los entrenamientos y cada uno va a su piso, aunque los profesionales desaparecen y no se a donde van, miro por todas y cada una de las cámaras y no les encuentro. Ah, ahí están. Estaban en el ascensor, claro, el único sitio donde no tenemos ni cámaras ni micrófonos. Muy astutos...
-Señor,-me llama uno de los Vigilantes. Acaban de entrar en la sala de control y se han colocado a mi alrededor, como hacen siempre. Me encanta ver a todas las figuras importantes de la ciudad y los juegos a mi alrededor, adulándome, siguiéndome como perritos falderos. Podría decirse que son mis Golden Retrieve personales y adiestrados.- Estamos algo... preocupados, por la agresividad de uno de los tributos. Es el chico del 2, Cato.
Me giro para verles mejor. Me miran sumisos y esperan mi respuesta. Literalmente, son mis Golden Retrieve.
-¿No es eso lo que buscamos? ¿Agresividad en los tributos? Es agresivo, fuerte, listo, es el nuevo ganador de los juegos.
Varios retroceden temerosos de haberme enfadado, pero el que me habla, Seneca, no retrocede, permanece impávido ante mí con sus ojos fijos en mi silla.
-Eso es lo que buscamos, pero temo que su odio haga de estos los juegos más cortos de la historia. Si ese muchacho se enfada, es capaz de matar a cualquiera a su alrededor en menos de dos segundos. Hará peligrar la alianza de los tributos fuertes y los matará el solito el primer día. Eso no son unos buenos juegos, tiene que dar tiempo a que la gente se encariñe con los que sobrevivan a la Cornucopia, tenemos que buscar algún modo...
- Que venga
- ¿ Perdón señor- dice Seneca
- He dicho que venga, que me lo traigas.
- Pero...
- Pero nada ¿ No me has oído Seneca?
- Sí, en seguida.
Veo como sale y recorre los pasillos hasta llegar al segundo piso donde se encuentra Cato, cruzan unas palabras y en seguida veo como los dos vienen hacia aquí. Aunque van por caminos distintos para que nadie sospeche nada, desde luego ese hombre, Seneca, sabe lo que se hace.
Él es el primero en llegar seguido de Cato minutos después. Les digo a todos los que están aquí que nos dejen solos y estos lo hacen. ¿ Qué decía yo? Ah, si: Mis Golden.
- Ambos sabemos porque estas aquí, Cato.
- Se... Se que fue un error atacar a otro tributo... Sin... Sin estar en la Arena... No... No se va a volver a repetir - tartamudea. Ni siquiera el que parece mas fuerte deja de ser un cobarde, vaya decepción. Aunque claro si yo fuera el también estaría así delante del presidente de Panem... A solas, puedo llegar a ser despiadado.
- Eso espero... Hasta que sea el momento.
-¿Qué?
- Veras Cato- paso mi brazo sobre sus hombros y empezamos a andar por la sala como un padre que le da un consejo a su hijo - te quería pedir algo. Me encanta que seas tan agresivo, de verdad, me fascina. Pero sabes lo blanda que es la audiencia y yo necesito esa audiencia. Quiero que reprimas tu sed de sangre al menos los dos primeros días. Mata cuando sea necesario, en la Cornucopia sobre todo, pero reprime tu instinto asesino para que te proclames campeón con un gran y merecido baño de sangre.
Veo que todo esto le ha dejado sin palabras, debe odiarme por obligarle a hacer esto.
- ¿ Campeón ?
- No te hagas el idiota conmigo, eso dejado para la audiencia si quieres. Sabemos que vas a ganar sino no estarías ahora aquí hablando conmigo ¿ No crees?
- De acuerdo, lo haré. Pero apiadese del que quede ultimo con vida antes que yo porque deseara haber muerto en nuestra querida Cornucopia - dice con una sonrisa que indica satisfacción y con una reverencia hacia mi, se marcha...



jueves, 10 de mayo de 2012

Capítulo 4

El desfile.


Una vez entran en el Capitolio se ponen en manos de los estilistas, primero un grupo de preparación les baña, les aplican todos los productos imaginables para su piel, su pelo... Todo. Les dejan fabulosos a decir verdad, viéndolos en el desfile cualquiera diría que son unos muertos de hambre... Para que luego digan que no hacemos nada por ellos, si lo que hacemos es un milagro...
Compruebo mi agenda y confirmo que aun tengo tiempo para el desfile así que decido ir a mi invernadero personal donde tengo montones y montones de flores. Mis favoritas sin duda son las blancas, por eso siempre llevo una encima. Cojo una nueva para ponerme, el desfile es una ocasión especial. Después vuelvo a mi habitación y en el espejo ensayo mi cara de simpatía, la que tendré que poner después del desfile cuando me toque dar la bienvenida a todos los... Tributos. Siempre digo lo mismo y ellos se sienten especiales, menudos esúpidos.
Todos los años los estilista les preparan con motivo de sus distritos, como si quisieran que los asociaran sólo por esos ridículos vestiditos que les ponen. Cada año es peor. Empezó siendo divertido verles vestidos de árboles, circuitos, mineros, incluso de vacas, pero ya es demasiado hasta para mí. Ya no siento nada al verles. M e parece tan repetitivo...
Empieza la música de apertura a todo volumen por las avenidas del Capitolio. El desfile dura como veinte minutos y termina aquí, en el Círculo de la Ciudad, donde los recibiremos todos y después les escoltaran hasta el Centro de Entrenamiento.

La multitud grita extasiada cuando los tributos del 1 empiezan a asomar en su carro tirados por los cuatro majestuosos caballos blancos que se seleccionan expresamente. Son los que suelen ir menos ridículos, les basta con llevar las joyas que fabrican para representar a su distrito. Les siguen el 2, 3, 4... siempre es ig...
¿Pero qué...? No puede ser, no me lo creo. ¡No!


-¿Quién es el estilista del 12?- susurro con fiereza por el comunicador de mi chaqueta.

¿Cómo ha podido? No debería haberlo hecho, se lo haré pagar. Los dos tributos del 12 parecen arder ante los ojos de todos los espectadores, que gritan como niños ante una piruleta nueva. Espera. No parecen arder...¡Están ardiendo! Llevan una sencilla malla negra de cuerpo entero que les cubre del cuello a los tobillos, con unas botas de cuero brillante y cordones que les llegan hasta las rodillas. Pero lo que define el traje es la capa que ondea al viento, con franjas naranjas, amarillas y rojas, y el tocado a juego en el caso de la chica. Sus caras están totalmente iluminadas por el fuego y es como si las capas dejaran un rastro de llamas detrás.
Veo algo que jamás debería pasar, se han dado la mano. ¡No! Idiotas, debéis odiaros, intentar mataros a cada instante, no mostrar a todos que sois amiguitos. Incluso desde donde estoy, a varios metros por encima de las multitudes, los gritos son ensordecedores cuando les ven. Les lanzan cosas, ¿Flores? y vitorean sus nombres como si ya hubieran ganado los juegos. Todos se vuelven para mirarles, apartando la vista de todos los demás. Esto no es cosa suya, les he visto en el tren, la chica no quiere casi ni hablarle. ¿Será obra de Haymitch? No, está demasiado borracho. Tiene que haber sido obra de los estilistas. ¿Cómo se llaman? ¿Puerta?¿Puetia? ¡Portia! Esa es la estilista del cara de pan, pero ¿el de ella?
Cinna, me dicen por el pinganillo. Los ha hecho inolvidables, ha hecho inolvidable a una instigadora de revolución y lo pagará caro. El chico... ¡ El chico tiene un moratón! ¿ Cuando ha sido? No me he dado cuenta, le he prestado tan poca atención... da igual, lo olvidarán en cuanto empiece la cuenta atrás de la arena. Bien, en cuanto tenga ocasión me encargaré de ti y de la inútil de tu distrito. Mira eso ¡¿será cínica?! Sonríe como si le agradara la gente del Capitolio, les saluda con la mano que le queda libre e incluso... ¿Lanza besos? Hipócrita, hipócrita.

"Katniss, la chica en llamas" Sí, eso es lo que gritan "La chica en llamas"

Los caballos les llevan justo hasta mi mansión y se paran ahí.
Se van acercando y debo recuperar la compostura. "Piensa en tu nieta, Coriolanus. Que no se note nada" me digo para mí mismo. Me informan por el pinganillo de que ya es la hora y me pongo de pie ante los focos de las seis cámaras que captan cada uno de mis movimientos.
Se supone que las cámaras deben enfocar a TODOS los tributos, pero la mayor parte del tiempo enfocan a la pareja en llamas. Estoy a punto de perder los nervios. Respiro, sonrió y saludo.

-Sed bienvenidos, tributos. Bienvenidos a los septuagésimo-cuartos juegos del hambre, y ¡que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte!

martes, 8 de mayo de 2012

Capitulo 3

El Capitolio

Ahora es el momento en el que les damos unos minutos a los elegidos para que se despidan de sus familiares. No lo hacemos porque nos de pena, ni mucho menos, lo hacemos por la simple satisfacción de ver sus ojos llenos de lágrimas suplicando que no se los lleven, ver como sus hermanos pequeños se aferran a sus piernas mientras ellos les ruegan que no pidan ni una sola tesela. Las teselas... cuantos muertos de hambre nos piden teselas todos los años, una miserable cantidad de comida se les proporciona a cambio de que su nombre entre más veces en la urna, y no se puede volver atrás, cada año aumenta y nunca disminuyen. Según he estado investigando en los archivos, casi todos los tributos de este año han pedido teselas aunque la que les lleva una gran ventaja es esa repelente niña del distrito 12, Katniss Everdeen, con 20 papeletas. Y que haya salido su hermana que era la primera vez que participaba... qué irónico, pero maravilloso.
Ya están saliendo todos de despedirse y se dirigen al tren para venir al Capitolio. Los de los distritos 1 y 2 van con la cabeza bien alta saludando a todo el mundo, orgullosos por haber salido elegidos, los demás... simplemente sonríen, algunos-la mayoría debería añadir- aun están llorando, otros como el del distrito 12, tienen los ojos rojos e hinchados de haber llorado y su compañerita no parece ni inmutarse de que todo Panem la observa.

Una vez llegan al tren, los enviados del Capitolio les enseñan cuales serán sus compartimentos. Se creen que en el tren están solos, pero aunque no lo vea todo Panem, nosotros sí lo vemos, por si tratan de hacer algo contra el Capitolio o se les ocurre matarse antes de llegar o cualquier otro altercado que pudiera ocurrir. Nos encanta llenarles de lujos los días previos a sus muertes para que una vez en la arena sufran más el no tener comida, agua, o simplemente donde dormir. Mientras más se atiborren de nuestra deliciosa comida, peor lo pasarán una vez dentro, pero eso ellos no lo saben...
Los mentores de cada distrito empiezan a darles consejos de cómo deben actuar, qué es lo que les ayudará a conseguir patrocinadores, donde deben ir, qué deben buscar, cómo deben sobrevivir. Bueno todos menos el estúpido de Haymitch Abernathy que está tan borracho como siempre y en lugar de ayudar...

-Jajajajajajajaja-escucho risas a mi al rededor.-Cretino, jajajajajaja.
Miro a donde miran todos la pantalla del tren del distrito 12 y veo que el imbécil ha vomitado y se ha caído en su propio vomito. La más inteligente de ahí es Effie Trinket que no duda ni un segundo antes de salir de allí. Me pregunto si los chicos harán lo mismo. No, veo que entre los dos lo cogen y lo llevan a su compartimento, el muy idiota no se ha enterado de lo que ha pasado. Cuando llegan se disponen a desvestirlo para darle un baño, pero la cara de asco de la chica le hace sentir lástima y el chico le dice que puede hacerlo solo. Oh, pero qué caballeroso por su parte. Yo habría dejado a Haymitch ahogandose en su propia mierda y no me habría importado. El muchacho se asegura de que no haya nadie cerca para hablar con su mentor.
-Haymitch... ya... ya se que yo no tengo ninguna oportunidad de ganar, pero... esto... me gustaría que por una vez... bueno a parte de ti, claro, haya un vencedor en nuestro distrito.
- ¿Me estás diciendo que quieres ganar? Jajajajajajaja, no puedes hablar en serio.
Haymitch ríe como un loco y el chaval parece a punto de perder los nervios. Imbécil, debería haber echo lo mismo que la chica y marcharse de ahí.
- No, claro que no, te estoy diciendo que quiero que gane ella- dice gritando.
El borracho de su mentor parece reaccionar porque lo mira fijamente antes de responder tranquilamente.
- Bien, haré lo que pueda... dejame, puedo bañarme solo... mañana, mañana en el desayuno hablamos.

Qué asco dan, se creen que esa va a poder ganar, ya pueden ir pensando en varios milagros para lograrlo, porque el puesto de vencedor este año ya está ocupado, se llama Cato y la va a destrozar.
Finalmente llegan todos al Capitolio, miran con ojos extrañados, se nota que nunca habían visto algo tan maravilloso como nuestro fabuloso Capitolio. Pobres ilusos, la primera vez que ven algo así y la última para todos menos para uno. Parecen peces salidos de una pecera y echados directamente al mar, todo esto les viene grande, no se merecen ni siquiera mirarlo, ni poner un solo pie aquí... todo sea por poder disfrutar de uno sangrientos, crueles y despiadados juegos del hambre.

Los mas inteligentes ya empiezan a saludar a la gente del Capitolio, sus mentores les han acosejado bien y saben que para sobrevivir necesitan patrocinadores, y para conseguir patrocinadores necesitan gustar a la gente... Muestran todos sus lados más encantadores, saludan a las cámaras y sonríen, menos las más tontas, que tienen cara de asco y repulsión y eso a mis queridos ciudadanos, no les gusta...
-Bien Katniss, sigue así, me estas haciendo todo esto mucho más fácil de lo que pensaba. Con estos juegos el distrito 12 nunca volverá a saludar con esos insignificantes tres dedos. Quien desafía al Capitolio que se atenga a las consecuencias...

domingo, 6 de mayo de 2012

Capitulo 2

La Cosecha.

Como siempre empezamos en el distrito 1, veo que ya ha llegado Maguey, la encargada de ese distrito que da la bienvenida a todos los tributos. A continuación les pone un vídeo directamente del Capitolio en el que habla de la creación de Panem, el país se levantó de las cenizas de un lugar antiguamente conocido como Norteamérica. Desastres, sequía, tormentas, incendios, mares que subieron y se tragaron gran parte de la tierra, y la brutal guerra por hacerse con los pocos recursos que quedaron. El resultado fue Panem, con nuestro reluciente Captolio rodeado de 13 distritos, que llevó a la paz y prosperidad a sus ciudadanos. Después llegaron los Días Oscuros, la rebelión de los distritos contra el Capitolio. Derrotamos a doce de ellos y el decimotercero quedó aniquilado. El Tratado de Traición dio unas nuevas leyes para garantizar la paz, y como recordatorio anual de que los Días Oscuros no deben volver a repetirse, se crearon Los Juegos del Hambre.

Sus reglas son sencillas: en castigo por la rebelión, cada uno de los 12 distritos debe entregar a un chico y una chica, llamados tributos, de entre doce y dieciocho años para que participen. Los veinticuatro tributos se encierran en una enorme arena al aire libre en la que puede haber cualquier cosa. Una vez dentro, los competidores tienen que luchar a muerte durante un periodo de varias semanas, el que quede vivo gana.

Sin duda esa es la parte que más me gusta, en la que tienen que matarse unos a otros y es mucho mejor cuando entran amigos. Oh, y ahí va la primera elegida de la cosecha: Glimmer Hanwel, puede que sea una profesional pero no tiene ni una sola posibilidad de ganar, se la ve... débil. Ahora es el turno de los chicos pero no consigo oír el nombre de lo elegidos porque ya veo varias manos levantadas para ofrecerse voluntarios. Finalmente es elegido un tal Marvel, me gusta este chico, tiene mi mirada de sed de venganza...

Y ahora llega el turno de mi distrito favorito, el 2. Cornelius Trenton es el que tiene que sacar los nombres de las urnas, pone el mismo vídeo, blablabla, en todos los distritos es igual, lo único que me interesa es saber quién va a morir. La chica elegida es Clove Branwors, solo con mirar su cara, su mirada ya se que va a sobrevivir más que Glimmer. Esto me encanta.

- ¡Silencio!- grito porque han empezado ya a hacer comentarios - quiero ver quién sale de mi distrito.
Cornelius saca la papeleta con el nombre de Carls Dickens pero rápidamente hay manos levantadas, entre todas una es la elegida: Cato Hughes.
- Hahahahaha, saludad a nuestro ganador.-digo más para mi mismo que para nadie más.
He visto alguna vez ha ese chico en mis visitas al distrito 2, no he conocido a nadie que tuviera más sangre fría que él, salvo a mi mismo.

Ahora es el turno de los demás distritos pero ninguno me interesa, no me quedo con el nombre de ninguno, tampoco importa, todos son simples cobayas de laboratorio que quedarán encerradas en una gran jaula de la que solo podrán salir si matan. Es muy divertido ver como solo con salir elegidos algunos ya están llorando porque saben que no volverán a ver a sus papis. Un momento, oh sí, esta es una de mis partes favoritas, cuando eligen a una niñita de solo 12 años. En el distrito 11 ha tenido la suerte la pequeña Rue, espero que quién la mate sea un profesional, los demás solo suelen sentir lástima de alguien así.

No me lo puedo creer, en el distrito 12 también ha salido una niñita, Primrose Everdeen, esto es maravilloso, increíble, no tengo palabras para describir cómo me siento. Todos abren un pasillo para que la pequeña pase, va con pasos tímidos y lentos, veo que se acomoda la blusa que le sale por detrás, a cualquiera le recordaría a un patito.
- Señor, mire - Me dice alguno de los que están aquí, pero no me interesa quién.
Miro a donde me ha señalado y veo a una chica corriendo hacia Primrose.
-¡Prim!- dice con un gritito estrangulado-¡Prim!
La gente poco a poco se empieza a apartar de su camino y le crean uno directo al escenario. Justo cuando Primrose está apunto de subir los escalones llega y la empuja detrás de sí.
-¡Me presento voluntaria! - grita con voz ahogada- Me presento voluntaria como tributo!
-¿Voluntaria?..- los comentarios se extienden a mi alrededor.
-Vaya, vaya, vaya, con que tenemos una voluntaria en e distrito 12- digo- hacía mucho que no había una ¿decadas?, se nota porque se ha saltado el protocolo, pero no creo que importe.
Veo que Effie Trinket está estupefacta.
-¡Espléndido!-exclama-. Pero creo que queda el pequeño detalle de presentar a la ganadora de la cosecha y después pedir voluntarios, y, si aparece uno, entonces...-deja la frase en el aire.
-¿Qué más da?- dice el alcalde-¿Qué más da?-repite en tono brusco-. Deja que suba.
Qué pena, la pequeña Primrose la mira con ojitos de cordero degollado.
-¡No, Katniss!¡No!¡No puedes ir!- grita entre sollozos
-¡Sueltame!- dice ella con dureza.
 Se nota que actúa para las cámaras. Entonces de entre la gente aparece un chico alto, con un aspecto similar al de Katniss, piel aceitunada y ojos grises, típico de la Veta, y levanta en brazos a la pequeña y se la lleva, no sin antes decir arriba, Catnip, o Katniss, no lo se, ni me importa.
Effie le pregunta su nombre.
-Katniss Everdeen- contesta.
Tenía que ser familiar para hacer eso, y después de que Effie se lo pregunta afirma ser su hermana. Qué tierno. Effie Trinket pide un aplauso para la joven pero todo el mundo se queda en silencio. Entones pasa algo inesperado, primero una persona, luego otra, y al final casi todos se llevan los tres dedos centrales de la mano izquierda a los labios y después la señalan con ellos. Por lo que se es un gesto antiguo de ese dichoso distrito.
-Idiotas, se creen que dándole ánimos ganará. Con un poco de suerte aguantará un día ¡un día!- grito.
  No me da la gana que ningún distrito muestre este tipo de actos.
-Katniss Everdeen - digo mirando fijamente a la pantalla-. No te quitaré los ojos de encima,  juro que haré de tus juegos los más insoportables que puedas imaginar. Lo juro.
Tal vez no sea una gran amenaza pero siempre hay que tenerlos a todos vigilados.

Ahora aparece ese borracho de Haymitch, su maldito mentor, aun no me puedo creer que ganara los quincuagésimos juegos del hambre.
¡Miradla, miradla bien!-brama en medio del escenario- ¡Me gusta!-está borracho como siempre-. Mucho....-Se queda sin palabras durante un rato.- ¡Coraje!-exclama. ¡Más que vosotros!- va hacia delante-¡Más que vosotros!- dice directamente a la cámara, se cae y pierde el conocimiento.
Estúpido. ¿qué pretende? En ese preciso momento Effie rompe el silencio  y saca la papeleta del chico.
-¡Peeta Mellark!
El muchacho tiene una expresión de confusión en la cara. Sube al escenario y los dos tributos se dan la mano, se ve que es un chico fuerte, tendría alguna posibilidad si no mirara a la otra tributo con esa cara tan ingenua. Vaya, ¿qué tenemos aquí? Conozco esa mirada, lo que me dice que esto va a ser muy, muy divertido...

sábado, 5 de mayo de 2012

Capítulo 1

Me levanto de la cama mucho antes que nunca y no puedo evitar soltar una gran carcajada de júbilo. Hoy es mi día favorito del año. Hoy es el día de la cosecha, en él se eligen a un joven y una joven de entre 12 y 18 años para representar a su distrito en: Los Juegos Del Hambre.

 Estoy deseando ver las caras de los elegidos, ver en todas las pantallas sus lágrimas después de despedirse de sus familias. Oh sí, y lo mejor va a ser ver como en los distritos 1 y 2 en lugar de esconderse unos tras otros como los cobardes de los demás distritos, se pelean por ofrecerse voluntarios. Los profesionales, sus vidas son tan insignificantes como las de cualquier otro, pero ya que debe haber un vencedor, siempre es bueno contar con los aliados del Capitolio. No siempre ganan, pero sí en el mayor de los casos.

 - ¡74! - grito cuando entra una sirvienta - ¡74! 74 años disfrutando de las dolorosas y tan gratificantes muertes de todos y cada uno de los elegidos en la Arena. Una lastima que yo no haya vivido tantos años para discrutarlos en directo - miro a la sirvienta, no parece tan satisfecha como yo. - ¡Estúpida! - grito - no entiendes nada. Pero yo tengo el privilegio de ver todos los juegos cuando quiera. Tengo todas las grabaciones.


La inútil sirvienta se va porque ya ha terminado de arreglar mi habitación. Yo me preparo para salir. Un traje oscuro, camisa blanca y por último y más importante, mi rosa blanca. Corto una cada noche y la dejo en un vaso con agua para ponermela al día siguiente.
 Salgo de mi habitación y tras recorrer varios pasillos de mi lujosa mansión llego al salón donde Seneca me espera para hablar de sus planes para la arena.

 Este chico me cae realmente bien. Es el encargado de dar las ordenes durante los juegos y también el que ha ayudado a diseñar la arena este año. Son increíbles las ideas que se le han ocurrido.

 - Bien, Seneca, cuando quieras podemos empezar.
 Revisamos uno a uno todos los documentos, verificando que en mi agenda estén bien puestos los horarios, no quiero perder a ningún distrito. Siempre vamos en orden, del 1 al 12. 12, odio ese distrito, todos son débiles y yo odio a los débiles. Nunca sobreviven más de dos días en la Arena. Salvo ese mentor suyo, Haymich, que tuvo un golpe de suerte y... ganó. Ya esta todo listo. Hemos enviado a una persona del Capitolio a cada distrito que se encargará de sacar los nombres de la urna. Los escenarios, las cámaras, todos los distritos frente a las pantallas... Las plazas están llenas con los chicos a un lado y las chicas a otro y ordenados por edades, los más pequeños delante y los mayores atrás seguidos por todos sus familiares, que ya no tienen edad de participar, los que ya no tienen hijos o los malditos cobardes que no se atreven a tener hijos porque sienten  terror de que sus pequeños salgan elegidos. Medrosos, con lo divertido que es ver como se matan los unos a los otros hasta que solo queda uno.

Todo listo, la cosecha puede empezar...

viernes, 4 de mayo de 2012

Bienvenidos a mi vida

Bienvenidos tributos de Panem, miembros del Capitolio. Os doy la bienvenida y os animo a que os unáis a mi relato. Ya estoy harto de leer blogs de todos los tributos que se creen saber todo, es hora de que conozcáis la verdadera historia de Los Juegos Del Hambre.



 Felices Juegos Del Hambre y que la suerte esté siempre de vuestra parte.

 Fdo: Pte. Snow